Existen tiempos solitarios, como el tiempo suspendido de la pausa, o el tiempo muerto de los estímulos sin respuesta. También existen tiempos compartidos, como el tiempo múltiple de los montajes paralelos cinematográficos, o el tiempo sucesivo de una conversación.

La percepción del tiempo está condicionada por la cuenta regresiva —la espera— del inicio o el final de una situación específica.

El problema con el tiempo es la incertidumbre por la duración.