Escribí durante 116 días continuos y conté, simultáneamente, las palabras que escribía.
Lengua enferma es la narración de un amor atormentado, la descripción de un cuerpo fracturado que no se puede medir ni pesar. Escribí 36770 palabras, y descubrí que esa cifra era la abstracción del cuerpo perdido.

El libro está compuesto por setenta textos y cuarenta y seis hojas negras; sobre las páginas se desarrollan tres ejercicios de error:
+ Producir espacios físicos —veladuras— para entorpecer la lectura.
+ Editar y corregir el texto a manos, sobre el libro impreso.
+ Contar el número de uniones de palabras.