︎︎︎ exteriores
︎︎︎ red right return
︎︎︎ mala señal
ajustes de tiempo: ciclos de espera
︎︎︎ dos horas
oasis
︎︎︎ escenarios a medialuz
︎︎︎ tercer destello
︎︎︎ las manos vacías
situaciones de intercambio
︎︎︎ abrir paso
︎︎︎ interludio
︎︎︎ imanes mudos
︎︎︎ par
cuerpo a cuerpo
︎︎︎ átomos
︎︎︎ moisés
︎︎︎ intersección
︎︎︎ 105/79
trastornos e interferencias
︎︎︎ líneas de emergencia
︎︎︎ instrucciones de contacto
︎︎︎ baños de leche
︎︎︎ muchachos en-cubiertas
︎︎︎ cabezas con carácter
︎︎︎ untitled
︎︎︎ la ambigüedad es el nuevo negro
︎︎︎ el hábito no hace al monge
︎︎︎ sé huir
︎︎︎ cv
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El artificio de un sol golpea con su luz hasta la entrada de la sala. Ese astro ámbar llena el vacío, besa sin calor el rostro de los visitantes. Cada vez que alguien ingresa, interfiere en su luz, produciendo sombras en las paredes. Arriba, en un tríptico de pantallas negras, se pueden leer las formas en las que un narrador repite el movimiento aparente de La estrella: en la superposición de todas las imágenes, en lo inabarcable que es la noche cuando ya nada brilla, presenciamos un acontecimiento a través de la palabra escrita.
En la dificultad de la soledad, del tiempo en el cielo, el narrador descubre, cuando mira hacia abajo, su sombra, a quien nombra Nadir. No se trata solo de un personaje que recorre la casa mientras juega con su gemelo –más bien su siamés–, sino de la osadía de mantener los ojos abiertos frente al firmamento, durante el ocaso.