En la pantalla se reproduce en bucle el making of de la campaña publicitaria de una peluquería en Chapinero, Bogotá. Tres cuerpos acelerados se ubican en la extensión del plano-secuencia, rodeados por cámaras y luces mientras son intervenidos estéticamente.
La acción cosmética del corte de cabello se repite en silencio.
En el suelo hay doce baldosas: una fracción del salón de belleza emplazada en el interior de la sala de exhibición, como un ejercicio de superposición en el que un pedazo lleno de residuos corporales –que responde a las lógicas del objeto inmaculado (no tocar)– estorba.
El pelo se fija a las baldosas con la misma laca moldeadora que define peinados, estilos de cabeza.