Hallar heridas en la casa, lamerlas para confirmar que siguen ahí, sembrar en ellas aquello que echará raíces. Luisebastián regresa a la habitación de infancia como solo se vuelve en un sueño. La habitación nos es familiar, no se parece en nada al espacio real, pero estamos ahí, en su lugar, rodeadxs por sus huellas, siendo ahora nosotrxs lxs niñxs.

Si me quedo de pie es la acción de no ceder el peso ni repartirlo en el vacío del trono heredado, es el gesto rabioso de no quedarse en la apropiada comodidad del legado de la familia. Nos habla de renunciar a la sucesión, de abdicar al mandato mientras se levanta del suelo lo caído. Quizás más importante, nos deja leer la reescritura fragmentada de su vida, cómo contraataca y coge alas con sus mismas flechas.

El trabajo de Luisebastián recuerda eso que José Esteban Muñoz llamó futuridad queer: un futuro no normativo, que no está aquí, y será en la medida que lo nombremos, que lo habi ternos. Luisebastián usa el lenguaje para renunciar a su destino, para conjurar ese futuro otro. Con él, especula sobre un nuevo y desafiante mundo donde la potencia del amor y el deseo nos permita hacer del viejo escondite, el lugar donde por años se ha cavado un túnel de fuga.


Carolina Chacón Bernal, 2024