Decidí visitar cuatro lugares en Bucaramanga: una peluquería, un centro de estética, un gimnasio y un centro de belleza especializado en nail art. Me vinculé a su cotidianidad como un cliente ordinario, solicitando sus servicios. De esta acción tercerizada conservé los residuos y construí cuatro piezas bidimensionales para emplazarlas miméticamente: cada vestigio regresó a su lugar de producción, no como materia abyecta sino como objeto estetizado. El diálogo con la publicidad y la atmósfera facilitó que los objetos fueran vistos y comentados.
Realicé cuatro publicaciones que describen las intervenciones, y un mapa que traza el recorrido y localiza los demás lugares/números de la publicación.


En Bogotá inicié el seguimiento en vídeo del moldeamiento de mi pelo. El prototipo C000BOG1 fue proyectado, durante cuatro días consecutivos, en dos peluquerías de Manizales (en la zona del Cable): Gabriel Vega y Mechitas Peluquería. Simultáneamente hice un archivo de pelos con las peluquerías del barrio Alta Suiza. Las muestras fueron catalogadas con una rotulación específica.



El hábito no hace al monje fue un proyecto en colaboración con centros de belleza de Bucaramanga, Bogotá y Manizales.